Un buen día en el vecindario (A beautiful day in the neighborhood)


Si una persona es amable, seguramente te quiere estafar o engañar. A lo mejor le gustas y quiere contigo. En resumen: si una persona es amable, desconfía, las personas no son amables. Si esa amabilidad sigue a lo mejor aun no consigue su objetivo y ese buen comportamiento es una máscara. Lo normal es decir malas palabras, ser grosero, tener picardía, echar carrilla. La amabilidad es cosa de la gente de antes y las personas de la iglesia.

Por alguna extraña razón estamos mas familiarizados con lo malo que con lo bueno. La desconfianza se ha hecho parte de nuestra vida. Esta bien desconfiar, pero todo tiene un límite. Un buen día en el vecindario me hizo reflexionar sobre esto.

Lloyd Vogel, un periodista reconocido sobre todo por sus criticas despiadadas, tiene como tarea escribir un articulo sobre Fred Rogers, una persona muy querida por el público. Lloyd se enfrenta al problema de no saber cómo hacer el artículo. Habla con Dorothy para negarse a hacer el trabajo y su jefa rechaza su petición y le pide que termine la encomienda. Vogel tiene a su esposa Andrea y un bebé. Cuando su hermana se casa, Lloyd ve a su padre y termina peleándose con él por cuestiones del pasado. Lo que Vogel no sabe es que escribir ese artículo lo llevará a conocerse a si mismo y cambiar su vida.

Un buen día en el vecindario no tiene un gran guion, una fotografía exquisita o actuaciones memorables. Lo que si tiene es un mensaje que nos aporta algo a cada uno como personas. Uno va al cine a pasar un buen rato, a reír, relajarse y olvidarse del mundo. En este caso entras a ver una cinta bonita con un buen mensaje y con algo de suerte pensarás, reflexionarás, sentirás y saldrás del cine siendo una mejor persona.





Calificación: 8

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