Workers
Imagina que tienes un empleo
en el que llevas 30 años y el día que quieres tu jubilación no te la dan porque
no tienen tu fecha de contratación y eres ilegal. Imagina que eres sirvienta en
una casa donde la dueña adora a su perro como si fuera una persona. El día que la
patrona muere, tú tienes que seguir trabajando igual para que la perra no sienta
la partida de su dueña. De niño escuchaba que la vida no es fácil, se presentan
muchas cosas, muchos problemas a resolver. Entiendo que eran otros tiempos como
también entiendo que esos problemas no necesariamente son económicos. La vida
da tantas vueltas que uno no sabe lo que le espera. Es verdad. Por eso celebro estar
en esta época en donde hay mucho conocimiento y mucha información para tener
una mentalidad optimista, tomar las decisiones adecuadas y hacer lo que uno mas
quiera para ser feliz. Suena a superación personal o a una falacia. La información
ahí esta y cada uno decide lo que quiere hacer o no con ella.
Rafael trabaja en la Philips. No
ha fallado un solo día. No ha tomado vacaciones y hace un gran trabajo con
esmero y dedicación. No sabe leer y escribir. En un parque se sienta en el
pasto aun con el letrero de que esta prohibido. Un niño se lo hace notar y al
saber que no sabe le pide que haga planas de la letra A y que se compre un
cuaderno y un lápiz. De esta manera se ven todos los días. Rafael hace la tarea
y el niño se la revisa. Por otra parte, Lidia salió de su pueblo y no ha
vuelto. Trabaja en una casa donde ha pasado todos estos años. Tuvo un hijo. A veces cree verlo. Su patrona está cada vez más
enferma y cuando muere, Lidia tiene que seguir trabajando para cuidar a la
princesa, la perra de la dueña que vive tal y como su nombre. Ahora todos en la
casa tienen que cuidarla hasta que muera, sin trampas. Sin embargo, Lidia
quiere acelerar el proceso.
José Luis Valle hizo esta película
cuando su papá hizo el comentario de que llega un punto en la vida en que ya no
puedes hacer planes a futuro. Hay muchas otras cosas mas que decir de esta historia.
La pérdida de un hijo, los sueños truncados, el dolor, el hacer todo de la
mejor manera posible y que no sea suficiente, trabajar y no haber disfrutado la
vida. Y entre tantas cosas un rayo de esperanza. Un niño que le enseña a leer y
escribir a un adulto. Este gesto es el que más me ha conmovido. Ojalá todos supiéramos
leer y escribir. Creo que la realidad de una persona adulta cambiaría
considerablemente si supiera leer y escribir. Si, hay momentos en la vida en
que ya no se pueden hacer planes a futuro. De cualquier forma, hay que
intentarlo hasta el último suspiro.
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