El expreso polar
La infancia es una gran etapa.
Y lo digo para todos aquellos que tuvimos una infancia normal, lo que sea que
eso signifique. Es decir, los que tuvimos la fortuna de ir a la escuela y
esperar regalos debajo de un árbol de navidad o al poner una carta en un zapato
viejo. Porque, lamentablemente, hay muchos niños que no asisten a la escuela y
no pueden esperar un regalo en estas fechas. Es triste, pero es la realidad. La
navidad se trata de ser benévolos con los demás. Y ya saben el cliché de que la
benevolencia no solo debemos practicarla en navidad, sino todo el año. Y por
más lugar común que sea, así debe ser. Que ser buenos sea inherente a nosotros.
Un niño empieza a dudar de la
existencia de Santa Claus. Ha empezado a crecer y darse cuenta de las cosas. Ya
le ha dicho a Sara, su hermana, que no está seguro de que Santa exista. El niño
se acuesta en su cama y un ruido lo despierta. Al asomarse a la ventana ve un
tren afuera. Se levanta y sale a la calle. El boletero del tren lo invita a
subirse. El niño duda. El tren va directo al polo norte. Como el niño no se
decide, el boletero se sube y el tren empieza a avanzar. Es entonces que el
niño corre y aborda. Dentro encuentra a más niños. Mas adelante el tren vuelve
a detenerse. El boletero invita a otro niño a subir y al no obtener respuesta el
tren emprende la marcha. El niño empieza a correr queriendo alcanzar el tren y
parece que no lo va a lograr. Entonces el niño de adentro activa el freno de
mano para que el niño de afuera pueda subir. Su nombre es Billy. Solo que a él
lo llevan a otro vagón. El conductor pide los boletos, les ofrece chocolate y
una niña accidentalmente deja su boleto en el asiento cuando va a llevarle
chocolate a Billy. El otro niño lo ve y quiere llevárselo a ella, pero lo
pierde. El aire se lo lleva. Cuando le piden a ella su boleto y al no tenerlo,
el conductor le pide que la acompañe. Los demás niños dicen que la aventara del
tren y el niño va a buscarla. Se da cuenta que no es un tren común. Cuando la
encuentra está en la cabina y la niña no peligra. Al llegar al polo norte Billy
se queda en el vagón por lo que el niño y la niña van a animarlo a bajarse y accidentalmente
separan el vagón que poco a poco se va hacia atrás y los niños no saben a donde
van a parar.
Hace algunos años escuché a Juan
Carlos Arciniegas decir que la navidad es para los niños, algo así. Y es
verdad. Como adultos, a menos de que trabajemos en una escuela o en gobierno,
el 24 aun estamos trabajando hasta las 4 de la tarde si bien nos va. Ese mismo
día cenamos en familia y el 25 disfrutamos la navidad. El 26 regresamos a
trabajar y a lo cotidiano. Y lo mismo para año nuevo. Fríamente puede que sea
un día más, como cualquier otro día. El expreso polar nos regala un poco de
magia para disfrutar de esta fecha. Es una historia bonita para ver y
reflexionar. ¿Ya habremos olvidado el significado de la navidad? Y si, a los
niños les encantara. La recomiendo.
la navidad es una fecha muy importante, ojala los adultos lo recordaramos y viviéramos su verdadero significado, y si aunque sea cliché, pero también es importante recordar que debemos ser buenos siempre.
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