El mapa de los instantes perfectos (The map of tiny perfect things)

En las mañanas tenemos la misma rutina. Después, el trabajo. Llega la hora de la comida y de nuevo el trabajo. Al terminar descansamos, vemos la televisión y después dormimos. De lunes a viernes. Los sábados se dividen entre las personas que trabajan y las que no. Los domingos se descansa y así estamos todas las semanas. Cuatro semanas cada mes, doce meses por año. La misma rutina los lunes, martes, miércoles… Los mismos saludos, las mismas personas, el mismo aburrimiento. Hasta que descubrimos algo distinto, algo que no habíamos notado, algo que nos llama la atención y nos hace escapar un poco de la rutina. Luego de vuelta a lo mismo hasta que volvemos a encontrar ese “algo” distinto. Esto puede ser una nieve que no habíamos probado, un amanecer, un atardecer, una pareja de abuelitos caminando de la mano por la calle, un payaso que cuenta chistes que sí hacen reír, ir al cine con la pareja, caminar en la avenida principal en medio de la calle, ver a un niño jugando con un perro. Pequeñas cosas, pequeños detalles que nos hacen pensar en que a pesar de todo vale la pena vivir.

Mark es un adolescente que despierta una mañana y ve que su mamá se ha ido a trabajar. Baja a desayunar, platica con su papá, su hermana y se va en su bicicleta. En una actitud extraña Mark deja la bicicleta en la calle y continúa su camino. Le da indicaciones a una chava sin que ella le haya preguntado. Tiempo después vuelve a encontrarla. La acompaña a su casa y termina revelándole que tiene novio. Más tarde va a casa de Henry a platicar y justo a las doce de la noche pasa algo. Al día siguiente Mark se levanta, platica con su papá, su hermana, sale, da indicaciones, vuelve a encontrar a la chava, pasa a casa de Henry y a la medianoche, el tiempo vuelve a regresar. A la mañana siguiente, lo mismo. Da indicaciones, vuelve a encontrar a la chava, evita que se caiga a la piscina. Hasta que un día pasa exactamente lo mismo, excepto que le pegue la pelota a la chava porque es interceptada por otra chava. Esto no había pasado. Mark la sigue y ve cómo se va en un auto. Le cuenta a Henry y ahora el propósito de Mark es encontrar a la chava misteriosa.

Me gustó. Y mucho. Si, tal vez es la típica historia de amor adolescente que ya se ha visto cientos y cientos de veces. Repito: me gustó y mucho. Probablemente sea mi estado emocional. O que tal vez soy sensible a las historias de amor. Sea lo que sea a mí me conmovió. La música también me gustó. El final también me pareció algo agradable. Como pueden ver voy a seguir llenándola de elogios porque si me llegó al corazón. Si, tal vez pueda parecer cursi, pero la historia me atrapó, me gustó y me hizo sentir bien. A lo mejor a ustedes les pasa lo mismo o quizá no. No olviden dejar sus comentarios.

Calificación: 8.5

 


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