El club de los idealistas

De jóvenes soñamos. Con un buen empleo, con una familia, con viajar por el mundo, con tener una casa, con ser exitoso, etcétera. Los sueños pueden ser desde materiales, profesionales y relativos a la familia, la pareja o el amor. Con el tiempo los tenemos presentes o se van desvaneciendo poco a poco. A veces no era tan importante o por una u otra razón tomamos otro camino. Siempre nos dicen que debemos seguir nuestros sueños. La verdad si coincido con ese pensamiento. Si queremos escribir un libro, debemos ponernos a escribir. Si queremos tener una casa, no queda de otra que trabajar. Si queremos viajar por el mundo, tenemos que ahorrar. A menos que queramos agarrar una mochila y recorrer el mundo sin que nos importe mucho en donde vamos a dormir y que ropa nos vamos a poner. Para cada persona hay un sueño que puede ser el mismo que tiene otra persona. Sin embargo, cada uno lo va a hacer a su ritmo y gusto. La idea, aunque se ha dicho una y otra vez, es no abandonar los sueños que tenemos.

Aranas construyó una casa en el campo. Se vuelve a reunir con sus amigos de antaño. Susana, Abigail, Omar, Tristana, Orlando y Elena. Celebran que ha hecho la casa que siempre quiso y Aranas espera que los demás también construyan una casa como lo habían soñado años atrás. Aranas tiene un hijo y una esposa ausente. Mientras mas conviven salen a flote los problemas de cada uno de ellos.

La química entre los protagonistas es buena. El problema es que por momentos no parece que estemos viendo a amigos de toda la vida. En general la historia es una buena idea. Algo un tanto diferente de lo que siempre se ve. Tiene buenos momentos, sobre todo al final, y otros no tanto. Es muy regular. Y ese es un problema.

Calificación: 6

 

 


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