Klaus
La gente ya no escribe cartas
de papel. Ya todo es virtual. Solo los niños y alguno que otro romántico
apasionado de la escritura se toma el tiempo para redactar unas líneas sobre
una hoja. La tecnología ha hecho que nos olvidemos por completo de las cartas.
¿Para qué escribir si puedo enviar una de tantas imágenes que circulan en las
redes sociales? ¿Para qué escribir si puedo hacer una video llamada con mi
familiar que se encuentra lejos? La gente ya no escribe. No sé si eso es bueno
o malo. A lo mejor nos llevara a un tipo de decadencia si no escribimos ni en
la computadora o el celular. Si todo lo queremos decir con stickers y memes.
Escribir siempre es bueno. Escribir es romántico. Escribir es terapéutico. Así
que cuando tengas oportunidad, escribe.
Jesper es un bueno para nada.
Es un joven de clase alta y alguien a quien no le interesa superarse en nada.
De hecho, me equivoco, si es bueno para hacer nada y pedir que le hagan todo.
No es alguien que tenga carencias de ningún tipo. Su padre, encargado del
correo ha tratado por todos los medios de hacer de su hijo un hombre de bien.
Como nada le ha funcionado, decide enviarlo como cartero a Smeerenburg, un
lugar muy apartado y sin comodidades. Jesper pasa por mucho para llegar a su
destino y quiere lograr la meta que su padre le ha puesto para regresar a casa.
Sin embargo, se da cuenta que el lugar al que llegó es un reto mayor porque la
gente está más interesada en pelearse entre sí que en escribir una carta. Para
su buena suerte, un dibujo de un niño le abre una pequeña esperanza.
Klaus es bonita, divertida,
alegre, triste y llena de magia. Una película para ver en familia y más en
estas fechas. No le veo ningún pero, ninguna objeción. Una historia redonda que
nos hará pasar por varios momentos y que al final agradeceremos de ver tan
bonita historia.
Calificación: 9.5
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