Pastorela
Hace mucho tiempo que no veo
una pastorela. De hecho, creo que la ultima vez que eso sucedió fue en mi
infancia. En los últimos 5 años, mejor dicho, en los últimos 10 años no había visto
o escuchado la palabra pastorela. Tan es así que lo primero que me viene a la
mente con esta palabra es una representación. Hay un ángel, un diablo y es todo
lo que recuerdo. “Los españoles utilizaron las obras de teatro para explicar a
los indígenas el Nacimiento de Cristo. En dicha obra, conocida como PASTORELA,
el DIABLO intenta impedir, a toda costa, que los pastores lleguen a adorar al
Niño Dios. Con el paso de los años la obra se convirtió en una comedia muy popular,
donde el DIABLO se caracteriza por ser el personaje mas entrañable y divertido
de todo el elenco.”
Jesús Juárez es un agende
judicial. Vive con su hija en San Miguel de Nenepilco y cada año interpreta al diablo
en la pastorela de la parroquia del barrio donde vive. Sin embargo, cuando va a
la iglesia y encuentra al monaguillo, que hace el papel de Dios en la pastorela,
le informa que los personajes ya fueron dados y que el no esta en esta ocasión.
Lo que pasó fue que el padre Benito falleció y fue sustituido por el padre
Edmundo Posadas, y debido a que la pastorela va a entrar a un concurso, sustituye
a Jesús, que siempre ha estado en el papel del diablo y se lo da a Vulmaro. Esto
hace enojar a Chucho que le reclama al nuevo padre, pero este no cambia de
parecer. Ahora Chucho buscará la forma de estar en esa obra, cueste lo que
cueste.
Divertida e irreverente. No apta
para católicos de hueso colorado. Pastorela es una película con mucho humor
mexicano (si es que tal concepto existe) que cumple bien el cometido de
entretener. Con buenas actuaciones, en especial la de Joaquín Cosío, no paramos
de reír en poco más de una hora que dura el filme. Si lo que buscas es diversión
has llegado al lugar indicado.
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